El pequeño Nicolás no es pequeño, y ni siquiera es Nicolás,
sino Fran. Según el pequeño Nicolás él es del C.N.I, pero según el C.N.I. el
pequeño Nicolás no es suyo. ¿De
quién es y qué es entonces el pequeño Nicolás?
“Una mente privilegiada, un superdotado” leemos que confiesa
en la Wikipedia “una amistad cercana”. La fuente no está identificada pero
sabemos que su abuela vive y sospechamos que lo ha tenido que decir ella. Todo
español poseyó una mente privilegiada mientras vivió su abuela. Después la vida
nos diluye en lo que somos, mentes de andar por casa o por España.
El pequeño Nicolás vive sin vivir en él, se dedica a ser lo que
no es y por lo tanto parece lógico que lo hayan acusado de usurpación de
identidad. Él es su primera víctima, porque ha usurpado su propia identidad,
y se le ha quitado a Fran, un chaval redicho del barrio de la Prospe, para
dársela a Nicolás, el charlie del C.N.I con chalet en el Viso y empresario sesteante
en el sofás.
La jueza dice que no comprende que el pequeño Nicolás haya
engañado a tanta gente con su palabrería. Lo que no se comprende es que una
jueza no conozca el país en el que juzga, un país en el que se suele gobernar engañando
con palabrería.
El pequeño Nicolás, como buen espía del C.N.I. que no es ha
sufrido torturas pero – no podía ser de otra forma – ni sus torturas son
torturas. Porque si aceptamos cuatro horas sin ir al baño como tortura, un millón
de españoles ha sido torturado con Interstellar y en su tiempo muchos más lo
fueron con Ben-Hur y mientras Amnistía Internacional mira hacia otro lado.
El pequeño Nicolás, en su no ser, no es ahijado de Aznar, ni
sobrino de Arturo Fernández, ni el hijo que nunca tuvieron el rey y Javier de
la Rosa. Probablemente el filipino que le vigilaba su chalet que no era suyo no era filipino,
sino una imitación china y por último, tampoco su papada le pertenece sino que
se la ha debido usurpar a algún señor de Soria entradito en carnes que cuenta
chistes verdes en las cenas.
El pequeño Nicolás será para nuestra generación lo que fue Joselito
el niño cantor para la de nuestros padres. Pasarán los años, perderá la gracia si
la tuvo, irá a la Isla de los famosos y así seguirá junto a nosotros, siendo lo
que no es: un señor llamado el
pequeño Nicolás.